martes, 20 de diciembre de 2011

CUARTO MANDAMIENTO: LA CARA “SIN”: SIN MANCHAS, SIN POROS, SIN GRANOS, SIN BRILLOS, SIN ARRUGAS.





La Medicina Estética aspira a mejorar el aspecto de las personas. Y es la piel facial una de sus principales preocupaciones. El rostro es como una carta de presentación muy efectiva, cuando está impecable pero también despiadadamente implacable, cuando le toca poner “mala cara”. La cara es el mapa en donde la vida va dejando su huella. La Medicina Estética intenta que esa huella tarde en aparecer… o no se note mucho.
Sin manchas. En reglas generales el pronóstico de un tratamiento anti-manchas depende del tiempo, origen y profundidad de la mancha. Y todo esto se puede establecer con más o menos precisión durante el acto diagnóstico. Es difícil establecer de ante-mano el éxito del tratamiento pero lo único cierto es que hay algunas manchas que desaparecen por completo otras tantas que mejoran disminuyendo intensidad y muchas que ni se inmutan.
Sin poros, sin granos, sin brillos. El trío de la grasa, La mayoría de las pieles con tendencia grasa suelen ser más bien gruesas, con muchos y muy abiertos poros, con uno o muchos granos y brillan sin decoro como el espejo de la bruja mala. Se puede mejorar, se puede evitar y se puede hasta curar. Los mitos del acné juvenil están más que superados y no hay nada atractivo en una piel acnéica superados los 18 años.
Sin arrugas. Hace más o menos 20 años, antes de la aparición de la toxina botulinica, los tratamientos anti-arrugas eran poco más que engaños descarados que se aferraban de la ilusión y la necesidad de los consumidores. Hoy la lucha contra las arrugas está ganada. Ahora sólo falta decidir a qué edad quieres empezar a tenerlas. Los 40 son los nuevos 20 y los 50 son los nuevos 30. Sólo un detalle: son importantes la familia y los amigos para no perder el norte.