La celulitis es un término común, usado en estética para describir a los depósitos de grasa atrapados debajo de la piel que causan hoyuelos en las caderas, muslos, nalgas y el abdomen. Este problema estético ocurre en el 90% de las mujeres desde la postadolescencia en adelante y raramente se ve en los hombres. A pesar de la creencia popular, la celulitis no sólo ocurre en las personas obesas, sino también en las de complexión normal o delgada.
Son muchos los factores involucrados en la celulitis, desde factores genéticos, hasta hormonales, dietarios nutricionales y etéreos.
Los factores hormonales (estrógeno, folliculina, etc.) son importantes porque se desarrollan en las mujeres durante las edades o períodos de cambios hormonales, como la pubertad, el embarazo, la menopausia, el síndrome premenstrual y los primeros meses de uso de la píldora anticonceptiva. Las hormonas regulan los cambios en el flujo de sangre, drenaje linfático, grasa y tejido conectivo, todos procesos relacionados a la formación de la celulitis.
Etapas de la celulitis
La escala de Nurnberger-Muller define la celulitis como un proceso de cuatro etapas que empieza con la piel normal y termina con la etapa más avanza.
Desde hace no mucho tiempo se ha comenzado a utilizar el plasma rico en plaquetas (PRP). Consiste en la utilización de una parte de la sangre del propio paciente con fines terapéuticos o estéticos. Se realiza una extracción de sangre, se la centrifuga para preservar las plaquetas y se obtienen tres partes: una con predominio de glóbulos rojos, otra con plasma rico en plaquetas y una última con plasma pobre en plaquetas. Es la porción de plasma rico en plaquetas la que utilizamos con diversos fines.
Este producto tiene una concentración de plaquetas muy superior a la del plasma (600.000 a 1.500.000 x mm3), y se activan con calcio en el momento previo a la aplicación. El PRP, al ser utilizado mediante inyección subdérmica, estimula la microcirculación (angiogénesis) de los tejidos con la llegada de mayor cantidad de oxigeno a las células, lo que produce una mejoría en aquellas zonas del cuerpo que presentan celulitis.
Por otro lado, la alteración del tejido conectivo cutáneo, característico de la celulitis, mejora ostensiblemente por el estímulo del colágeno y de la elastina que provoca el enriquecimiento plaquetario (PRP) a través del factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF) y del factor de crecimiento vascular endotelial (VEGF), involucrados tanto en la epidermis como en el tejido mesenquimatoso dérmico.
Pero antes de la administración del PRP, es necesario ejecutar el drenaje linfático y masaje. En nuestro protocolo, el drenaje linfático y masaje anticelulítico es practicado previamente al tratamiento con PRP. A través del masaje, activamos la circulación de la zona a tratar, lo cual resulta útil si el paciente presenta una circulación linfática pobre. Es importante destacar que el masaje realizado a cada paciente es único, personalizado e individualizado.